El Castillo de San Antón, antigua fortificación construida para la defensa de la ciudad de A Coruña, se sitúa frente el Paseo del Parrote, en la conocida como Illa da Pena Grande. Durante su período insular (hasta los años 40 del siglo XX), San Antón se comunicó con la ciudad desde la Casa de Botes o del Boteiro, actualmente habilitada como biblioteca del Museo.
En 1960 el Ministerio del Ejército cedió el edificio al Ayuntamiento de A Coruña, creándose el Museo Arqueológico y Histórico de la ciudad, que abre sus puertas al público en 1968. De titularidad municipal, conserva y expone piezas de la prehistoria y de la historia relacionadas con el castillo, con la ciudad y con Galicia. La exposición consta de tres secciones: arte medieval y heráldica (acceso y patio de armas), arqueología (interior, planta baja), historia del edificio y de la ciudad (interior, planta baja y alta). La visita se ve complementada con el recorrido simultáneo por la arquitectura del castillo.
A la salida de la planta baja puede visitarse La Cisterna, antiguo aljibe excavado en la roca que recogía el agua de la lluvia para abastecer al Castillo. En la cuesta de acceso a la planta alta encontramos la Borna, una reproducción de un barco de la Edad de Hierro. También en el patio-jardín superior se encuentra la reconstrucción de la cista megalítica de Taraio (Malpica), y los petroglifos trasladados desde lo Monte Outón-Polvorín, en las cercanías de la Torre de Hércules, además del faro, un pozo...
En la terraza superior, cubriendo el exterior de la cúpula de la capilla, se encuentra un mural cerámico realizado por la fábrica de Sargadelos y diseñado por Francisco Xosé Pérez Puerto (1987), en el que se recogen episodios de la historia y de la leyenda coruñesa: la Batalla de Elviña, la heroína María Pita, el atlante Xerión y Hércules...
En la Casa del Gobernador se exhiben objetos del pasado reciente de la ciudad: el Salón Barroco, la Sala del XIX con la Batalla de Elviña y la Guerra de la Independencia o la Sala de las Navegaciones, dedicada a los viajes marítimos. Por último, la sacristía y la capilla del castillo, de estilo neoclásico, está presidida por la Virgen del Rosario.